Psíquicos, ¿están entre nosotros? Nuevo programa de Chilevisión CHV

por | 2 marzo, 2012
Psíquicos, ¿están entre nosotros?
Está por comenzar en el canal de televisión Chilevisión (CHV) el programa “Psíquicos, están entre nosotros” (así, afirmándolo), donde someterán a “prueba” a prominentes “psíquicos” para intentar establecer la efectividad de sus “poderes” y desenmascarar o desmentir a quienes no logren superarlas. Como producto televisivo masivo que es, la espectacularidad emocional y la edición/producción serán ingredientes claves en las pruebas que diseñen. ¿Qué se podrá concluir de sus resultados? ¿Conseguirán descubrir a un verdadero psíquico entre nosotros? ¿Encontrarán la tan anhelada evidencia sistemática y contundente del así llamado “fenómeno psi” con el que tanto insiste la parapsicología?
Cartas Zener
Y es que formas de equivocarnos tenemos por montones: sesgos cognitivos, sesgos estadísticos, falacias lógicas, “patronicidad” y un inacabable etcétera. La ciencia nos ha permitido conocer varias de ellas y sería lamentable desaprovechar una instancia mediática como ésta, reiterando una y otra vez los mismos errores que ya han sido refutados reiteradamente. Desde hace tiempo se encuentran diseños experimentales disponibles en la literatura respectiva para pruebas científicamente válidas, permitiendo así poner bajo pruebas serias a quien proclame tener tales poderes. Tampoco es que se trate de astrofísica y ud. puede perfectamente probar en casa sus propios “poderes psíquicos” con un mazo de Cartas de Zener, honestidad consigo mismo y un mínimo de estadística. ¿Lo tendrán en cuenta en el programa?
[Este artículo fue escrito en colaboración conjunta con Daniel Durán]

¿Demostrar qué?

Sería toda una revolución el constatar la existencia de esas fuerzas y energías asociadas al fenómeno psi, lo que llevaría a revisar prácticamente desde cero casi todo el conocimiento acumulado de cuanto se sabe sobre física, química, biología y neurología. Habiendo tanto que explicar, cabe preguntarse: la producción del programa ¿efectuará los controles adecuados y los análisis estadísticos pertinentes?, ¿entregarán resultados repetibles por grupos de investigación independientes?, ¿expondrán claramente la metodología que utilizaron desde la elección de los participantes hasta la entrega de conclusiones?, ¿plantearán dudas razonables?, ¿o dejarán abiertas como “dudas” situaciones que perfectamente podrían ser (o ya han sido) confirmadas o refutadas?, ¿presentarán como “dudas” situaciones para las que ya se dispone de evidencia seria y conclusiones probadas?

Todo esto no se trata de una cuestión de fe o creencia, sino que de evidencia: el trabajo de realizar la demostración recae sobre quien afirme tener esos poderes y no es deber de quien duda el demostrar que tales poderes no existen; de lo contrario, se arriesga la misma trampa lógica de la Prueba Diabólica, tan usual durante la Inquisición, pues los inexistentes no son demostrables y las afirmaciones extraordinarias requieren evidencia igualmente extraordinaria.

Es más, incluso si alguno de los psíquicos logra “tener éxito”, ¿demuestra ello que sus poderes son reales? La respuesta es un gran “depende” y por ello es relevante el detalle del diseño experimental.

Estadísticas asadas al palo

Juana de Arco quemada
en la Hoguera
En los videos promocionales del programa se aprecia que (al menos) una de las pruebas consiste en que los “psíquicos”, utilizando su poder, descubran de entre varias figuras encapuchadas con sotanas negras, amarradas a estacas y parados sobre paja seca, cuál de ellas no es una persona real, sino que un maniquí. Luego, los psíquicos deben poner a prueba su predicción prendiendo fuego a la paja bajo la figura, la cual debe tener 3/4 o 4/5 de posibilidades de ser una persona real, de carne y hueso. No en vano muestran un carro de bomberos esperando y, a los “psíquicos”, visiblemente afectados por el temor a errar y prender fuego a una persona de verdad, con toda la carga emocional que eso significa.

Luego, supongamos que, con toda la parafernalia de esa prueba, alguno de los psíquicos efectivamente acierta en indicar cuál es el muñeco. ¿Lo hizo por verdaderos poderes sobrenaturales? En un esquema de prueba como ése, por más espectacularidad que tenga, la prueba es extremadamente riesgosa de ser “explotada” por un psíquico para usar medios no-psi para dar una respuesta correcta:

  1. La prueba probablemente no es ciega. Es claro que hay productores, camarógrafos y mucha gente que puede perfectamente haber visto cómo se armó el set y, de antemano, saber dónde está el muñeco. Si no se realiza un control de al menos Doble Ciego, el animador, incluso sin darse cuenta, puede inducir a los psíquicos a una respuesta.
  2. Un psíquico hábil en Lectura en Frío podría fijarse en las reacciones de la gente que está alrededor para determinar cuál es el muñeco, leyendo cambios de postura, expresiones faciales, tensión o lo que sea en la gente del set.
  3. Un psíquico hábil podría observar las reacciones de quien conoce la respuesta y podría detectar sus cambios de expresión en cuanto se “acerca” a la respuesta correcta, dando la impresión de que está de verdad “adivinándola”. Tal  efecto ya se conoce y se llama “Efecto Clever Hans” en honor al caballo que “sabía” sumar.
  4. Una persona puede pretender permanecer quieta, pero siempre realiza pequeños movimientos que pueden delatarlo, sobre todo si se intenta mantener una posición rígida por un período prolongado. No se puede descartar tan fácil que alguien observador, con suficiente agudeza visual, pueda simplemente descartar a los humanos por los pequeños movimientos involuntarios que realicen.
  5. ¿Cuántas pruebas realizarán antes de dar por ganador a un psíquico, con el membrete de “Demostrado por Chilevisión”? ¿Si pasa sólo una prueba? ¿Si pasa dos pruebas? ¿Cuántas? Y es que una persona podría todavía pasar varias pruebas consecutivas con “éxito” únicamente por casualidad. ¿Cómo descartarán esa posibilidad? Si no toman en cuenta el Nivel de Confianza estadístico, los márgenes de error de los Intervalos de Confianza y no hacen una Prueba Controlada Aleatoria, pueden perfectamente caer en un sesgo de baja representatividad estadística por insuficientes repeticiones del experimento.
Como ven, habiendo mencionado sólo algunos tópicos que anuncian problemas metodológicos, sería un grave error llegar apresuradamente a la conclusión de que tales poderes son reales incluso habiendo más de un participante que potencialmente logre resultados aparentemente sorprendentes, ya que las pruebas estarían viciadas.

Infaltables excusas y filtración de información

Sería notable que un convencido “psíquico” se convenza de la ausencia de sus poderes y lo reconozca abiertamente. Tras tanta espectacularidad y exposición mediática, sus fallas siempre se podrán “justificar”: que sus poderes son reales, pero no logran activarlos cuando están nerviosos, o que los espíritus no cooperan cuando pueden poner en riesgo la vida de alguien, o que sus poderes fallan cuando hay escépticos presentes dado que aportan “energías negativas”. El etcétera lo puede completar Ud. como guste. Más aún, el fiel espectador creyente en el fenómeno psi difícilmente cesará de creer en ello por más que estos personajes fallen rotundamente ante una cantidad significativa de intentos.

Las condiciones ideales para una prueba de estas características requeriría amarrar una serie de cabos en forma previa a la realización del experimento. ¿Lo habrá hecho Chilevisión?: debería preguntarse a los psíquicos participantes cuáles son las condiciones ideales que permiten que sus poderes funcionen sin interrupciones, darles toda la tranquilidad que requieran para que no tengan ninguna excusa tal como que la metodología o la configuración experimental bloquearon la expresión de sus “reales poderes” y, lo principal: que sea cuidadosamente controlada toda posibilidad de que el psíquico pueda descubrir la respuesta correcta de formas alternativas, aunque sutiles, sin utilizar realmente los poderes que dice tener, de manera que el psíquico únicamente dé respuestas consistentemente correctas si sus poderes son reales, y que la posibilidad de que sea por cualquier otra causa sea lo más cercanamente posible a cero. De lo contrario, siempre queda la posibilidad de excusarse culpando al experimento.

¿Cuántos de estos cuidados experimentales veremos en el programa? ¿Serán sometidos todos a la misma prueba o tendrán adaptaciones para sus excusas especiales?

Milicia psíquica

Y no es precisamente que no haya experiencia de laboratorio a la hora de realizar pruebas científicas para poner a prueba la realidad del fenómeno psi. Ya en los años ’70, la milicia estadounidense puso a prueba a psíquicas durante la Guerra Fría. El interés era obvio, pues les saldría bastante más barato reventarles el cerebro telepáticamente a los rusos que enviar bombarderos al otro lado del mundo, comunicarse a distancia con los espías sin necesidad de tecnologías detectables o, directamente, “ver” los secretos del enemigo sin necesidad de satélites ni espionaje ni invasiones. Tras reiterados resultados totalmente fallidos ante numerosas y “desinteresadas” voluntarias, los proyectos de investigación fueron cerrados y, hasta ahora, sólo va quedando el negocio de videntes buscadores de extraviados y detectives psíquicos que siguen lucrando con la ingenuidad ajena.

Así fue como Uri Geller, el famoso telekinético doblador de cucharas, que incluso anduvo doblándolas televisivamente por nuestro país, fue desmentido hace décadas en la TV estadounidense por el ilusionista James Randi bajo circunstancias controladas, tras haber conseguido exitosamente engañar a un equipo de físicos que le pusieron a prueba. El truco era simple: traía las cucharas pre-limadas desde la casa. Bastó con que Randi llevara sus propias cucharas nuevas y se las ofreciese al aire, para que no las pudiera rechazar, para que la magia hayase su fin. No contento con la exposición de su fraude, Geller demandó fallidamente a Randi. Aparte de tener que pagar las costas del juicio, el juez le fijó una jugosa multa que sirvió a Randi para abrir y financiar su Fundación Educacional James Randi, desde donde se dedica a desmentir fraudes psíquicos hasta el día de hoy. Ahí es donde ofrece su famoso premio de un millón de dólares a quien logre demostrar su poderes paranormales, el que todavía no ha logrado ser ganado y no precisamente por falta de postulantes. Hasta el momento, no hay evidencia que permita discernir entre un psíquico “de verdad” y otro “de mentira”: ambos carecen de los poderes que declaran poseer cuando se les somete a pruebas debidamente controladas.

Para saber más
Si te interesa conocer más sobre los fenómenos psíquicos y la psicología del auto-engaño, hay bastante material en línea que puedes consultar: