Alienígenas Ancestrales

por | 25 julio, 2011

Por Rodrigo Bravo

Conocido es este dueto de palabras, que ha irrumpido actualmente en gran parte de los coloquios relacionados con OVNIs y con sus aparentes tripulantes.

A partir de un tiempo, la denominada pre-ufología es la encargada de inundar todos los espacios disponibles o sin explicación que ha dejado el tema concerniente a los objetos voladores no identificados.

Programas de televisión, series, reportajes y entrevistas han orientado forzadamente el debate ufológico y han legitimado, desde una visión aficionada por cierto, la propagación de las más extraordinarias y delirantes hipótesis que relacionan a casi todas las culturas primitivas, como a sus integrantes, con la presencia e interacción con seres extraterrestres.


Iniciemos comentando que el estudio de los OVNIs, desde una figura ajena a la científica, alcanzó un punto concluyente, donde podemos puntualizar volublemente que el tema “toco techo”.

Esta situación ocurre en estricto rigor, al no consignar una prueba categórica de la existencia o de la presencia de extraterrestres en el universo y lógicamente, de visita en nuestro planeta.

Consiguientemente, por más que se exponga lo contrario, los argumentos de la ufología desde el estudio autodidacta, están extinguiéndose de forma inapelable.

De esta manera los investigadores, estudiosos e interesados en el tema, acérrimos a la idea de una decadencia del maravilloso mundo de los platillos volantes y con menesterosas posibilidades de encontrar una explicación satisfactoria, asienten elucubrar una sucesión de materias alternativas, que permiten amparar sus presuntuosas hipótesis, soslayando la confirmación pública de que hasta nuestros días, no hay forma de justificar como tal, la coexistencia de los reputados OVNIs, pese a que la ciencia y en especial la aeronáutica, ya aceptan abiertamente la figura de un fenómeno aéreo no identificado o FANI.

Quizás el cambio del acrónimo utilizado ó la incursión de científicos y personas relacionadas al mundo de la aviación, generan un rechazo mayor de lo previsto. Para ser sincero, a cuantiosas personas siempre cautiva la monopolización de algunos tópicos y en el caso de los ufólogos, al parecer no es de su agrado la idea que les exploten y además se indague, en su exclusiva “mina de oro”.

Dando un pequeño repaso a esta nueva usanza, el estudio de los alienígenas ancestrales data de fines de la década de los 60, cuando Erich Von Daniken publicara un libro que fue todo un éxito editorial, que lleva el nombre de «Chariots of the Gods» y que diera a luz específicamente en 1968.

Junto con este éxito de ventas, el Suizo ha escrito además «Return to the Stars» en 1970, «The Gold of the Gods» en 1973, y «Signs of the Gods» en 1980, entre otros. El citado autor, afirma tajantemente en sus obras, que extraterrestres con tecnología muy avanzada, visitaron nuestro planeta en la antigüedad y habrían interactuado directamente con su población.


No deja de llamar la atención, que para gran parte de los ufólogos que hoy asientan sus estudios en los llamados alienígenas ancestrales, Von Daniken es una reseña obligada, por no mencionar un guía intelectual dentro de esta tendencia.

Ya he comentado en reiteras ocasiones que existe un libro, de nombre “Astronautas de la Antigüedad”, escrito por el profesor de la Universidad de Nueva Orleáns William Stiebing (Doctor en antropología), el cual señala que las «supuestas pruebas» que aporta Von Daniken para sus afirmaciones, son evidencias circunstanciales, como el las llama, y que las conforman sobre todo “interpretaciones personales”, basadas en historias, mitos y leyendas, relativas a enigmas arqueológicos y también a según Erich, a «curiosos» pasajes bíblicos.

En efecto, Daniken cree que los extraterrestres del pasado, son los directores técnicos de varias construcciones egipcias, Incas y de otras importantes culturas.

Todas estas afirmaciones del autor Suizo, se dan en un marco de tergiversación de información y hasta engaños rotundos; como sería el ejemplo de los túneles hallados en el Ecuador, que según Erich, contenían estatuas de oro, una biblioteca y mobiliario construidos con materiales parecidos al plástico, de los que no puede dar ubicación exacta para ser estudiados, solo por haber prometido a su descubridor, no revelar el secreto. Esto nos permite una pauta, para saber ubicar al menos a esta persona, dentro de la masa que no tiene la más mínima idea de lo que es la evidencia objetiva, entre otras cosas.

Profundizando en los alienígenas ancestrales, hoy tenemos una serie de estudiosos, autores, comentaristas y especuladores, que se han ahondado en este contenido, teniendo a Daniken como referencia.

Por mencionar algunos, tenemos a David Childrees, autor del libro (Tecnology of the Gods), el cual realiza afirmaciones donde entrega un origen común a la gran mayoría de los dioses de la antigüedad, sin escatimar en introducir incluso parte de leyendas o escritos presuntuosos de otras épocas, como es el caso de la inserción dentro de la evidencia extraterrestre, de las leyendas y mitos divinos de la antigua Grecia.

Parecido es el caso de Giorgio Tsounkalos, el cual ya delirantemente afirma la intervención de extraterrestres en el ADN humano. No creo que sea necesario profundizar en otras afirmaciones de este estudioso de los OVNIs.

Lo interesante es, que por demasiados o considerables que sea el abordaje de estos temas, la ciencia ha mantenido una posición imperturbable. En estricto rigor, de acuerdo a las premisas de William Stiebing relacionadas con las teorías populares, la segunda proposición de ellas afirma que este tipo de aberraciones históricas, permiten un ataque constante y directo a la institución de la ciencia. No se equivoca en absoluto, ya que parte importante de los estudiosos de los llamados alienígenas ancestrales, como por ejemplo; Philip Copeens, Michel Cremo, Jason Martell y los ya mencionados Tsounkalos y Childrees, no restringen sus embestidas y tenaces críticas a todas las ciencias en común, hablamos de historia, antropología, arqueología por mencionar algunas. Es una fortuna que estos personajes, no conozcan en profundidad la historia de la aviación. De lo contrario es probable, que también afirmen que los manuscritos de Da Vinci acerca del Ornitóptero, provenga de alguna abducción o señal que le otorgaron los “Hermanos Mayores”.


Al intentar mantener un grado de objetividad, me siento un tanto decepcionado de todas las culturas ancestrales de nuestra raza humana.

Lo que pretendo decir es que verdaderamente existen enigmas arqueológicos, es un hecho y no lo vamos a negar. Pero la pregunta es; ¿Son todos estos enigmas, relacionados con la presencia alienígena en el pasado?, si en nuestros días existen algunas tribus en diversas partes del mundo, las cuales se mantienen con condiciones de vida similares a la de sus respectivos ancestros, de hace 2 o 3 mil años (Shuar en el amazonas, o los Kufra en África, por ejemplo), ¿Por qué en el pasado, no hubo un desarrollo superior de algunas culturas sobre otras que habitaban la tierra?. No creo que estas preguntas sean extremadamente complejas de responder, teniendo en consideración la gran cantidad de arquitectura y desarrollo reflejado por parte de muchas civilizaciones. Quizás la responsabilidad sea nuestra al despreciar y minimizar la inteligencia humana, o por otra parte, sea una formula remota de justificar la eventual presencia alienígena, para sustentar y mantener el opio popular de una creencia sesgada en la vida extraterrestre.

Bajo una perspectiva netamente antropológica, el profesor William Stiebing fue certero en las dos premisas iniciales de las teorías populares, la primera señala; “Los enigmas son universales” y la segunda complementado esta, añade que este tipo de explicación, como la de los propagadores de los alienígenas ancestrales, en vez de otorgar herramientas que cooperen con la ciencia, solo otorgan “Respuestas fáciles a las preguntas difíciles”.

Debemos entonces, ser agradecidos de la providencia que en Chile parte importante de los investigadores de OVNIs, no son aficionados a la lectura, al estudio y menos a la historia.

No es posible cuantificar, que habría especulado nuestra ufología criolla, si hubiesen estudiado solamente una parte de los mitos de nuestra exterminada cultura Selk’nam de la Tierra del Fuego.

Más tajante y peligroso hubiese sido, si nuestros amigos ufólogos, ahondaran en sus rituales místicos de iniciación de jóvenes, llamado “Kloketen” o “Hain” y visualizaran las diversas formas como pintaban sus cuerpos, colocándose máscaras alargadas con ojos rasgados, representando a sus ancestros.


Es preciso señalar que esta ceremonia data entre 5 a 9 mil años AC y los únicos registros fotográficos fueron obtenidos por el Padre Alberto María de Agostini, misionero salesiano y por Martín Gusinde, gracias a los cuales, se han logrado establecer importantes estudios antropológicos como el realizado por Anne Chapman.

En este sentido, somos afortunados que nuestra delgada faja de tierra este alejada y muy fuera de la vista de los especuladores ufológicos más grandes del mundo, como así mismo, desde la cuna de los OVNIs, Estados Unidos, sea muy extraño que expandan “estudios” del tema en otras latitudes y menos países, según ellos, tercer mundistas. Por ahora y es de esperar que así permanezca, Chile no se ha visto involucrado incisivamente en el concepto de los astronautas de la antigüedad, con la salvedad de la Isla de Pascua.

Nuestra suerte en ese sentido, radica en que dentro de las personas que ha investigado en “terreno” Rapa Nui, está Sixto Paz, por lo que no vale la pena profundizar por ahora a que conclusión llegó este “contactado”.

En definitiva, el tema en cuestión sumado a la imposibilidad de explicar la gran cantidad de presunciones conspirativas sostenidas de supuestos gobiernos, como asimismo, que los aparentes contactados no cuenten con el sólido respaldo o evidencias categóricas de sus viajes interestelares y de sus fluidas comunicaciones con seres de otras galaxias y/o dimensiones, han forzado que los investigadores de OVNIs, bizarros de persistir con sus aficionados estudios, realicen un alto en lo que hoy concierne al fenómeno mismo y trasladen sus monografías autodidactas al pasado remoto, a las culturas milenarias, estallando el concepto que hoy está de moda, la venida y vestigios de los famosos “alienígenas ancestrales”.

Rodrigo Bravo

Sobre el autor
Capitán del Ejército de Chile, perteneciente al Arma de Telecomunicaciones, con la especialidad secundaria de Piloto Militar. Miembro del Comité de Estudios de Fenómenos Aéreos Anómalos (CEFAA).