La Atlántida jamás existió… solo su mito resistente

por | 11 marzo, 2011

¿Cuántas veces hemos oído gente que habla o escribe con mucha soltura sobre este famoso continente perdido? Se le ha buscado en el Atlántico, México, Bolivia, Bermudas, Sahara, etc. Muchos dan por hecho absoluto que existió y adivinen que pasa cuando como escéptico les afirmo que: “JAMAS, PERO JAMAS EXISTIÓ, que la Atlántida es un mito absurdo que ni histórica ni geográficamente tuvo existencia». En ese momento salen las siguientes falacias: “Si el rio suena, algo debe haber”, “¿cómo tantos van a estar equivocados?”, ”¿cómo tú vas a saber más que el mismo Platón y tantas otras eminencias?” o, por último, «tantos ‘prestigiosos’ autores no van a hablar de algo así si no existiera», etc., etc.

Bien, vamos por partes, primero: ¿De dónde sale este mito? Les invito a leer mi gran juguete… Wikipedia:

«Las primeras referencias a la Atlántida aparecen en el Timeo y el Critias, textos en diálogos del filósofo griego Platón. En ellos, Critias, discípulo de Sócrates, cuenta una historia que de niño escuchó de su abuelo y que este, a su vez, supo de Solón, el venerado legislador ateniense, a quien se la habían contado sacerdotes egipcios en Sais, ciudad del delta del Nilo. La historia, que Critias narra como verdadera,se remonta en el tiempo a nueve mil años antes de la época de Solón, para narrar cómo los atenienses detuvieron el avance del imperio de los atlantes, belicosos habitantes de una gran isla llamada Atlántida, situada frente a las Columnas de Heracles y que, al poco tiempo de la victoria ateniense, desapareció en el mar a causa de un terremoto y de una gran inundación.»

Como vemos el relato de Platón no dice abiertamente que existió este lugar sino que, en un libro, lo muestra en un diálogo entre dos personajes, posiblemente ficticios (aunque fueran verídicos son lo mismo que creer que los personajes reales de los Simpson dicen cosas verídicas). Estos personajes son Timeo y Critias. Para peor, Timeo cuenta abiertamente que su relato lo escuchó de su abuelo y a este se lo contó el gran legislador Solón que lo había escuchado cuando viajó a Egipto de unos sacerdotes… ¿Cómo alguien inteligente no se percata que es un cuento de hadas y lo da por cierto? A propósito, ¿cuándo ocurre la historia? Ah… solo nueve mil años antes. Cualquiera aquí estaría sospechando (partiendo que los atenienses se enteran de su glorioso pasado por registro históricos extranjeros egipcios), pero antes de seguir, si existe gente que jura que existen ovnis, conspiraciones, duendes, realmente no tiene problema en seguir afirmando que si Platón lo dice debe ser cierto.

Luego, el relato “histórico” se llena de dioses y descripciones similares a la obra Utopía de Tomas Moro. Sin embargo existen algo rescatable. Muestra uso de cobre, estaño y latón, algo que nos remonta a la edad del bronce europea, habla de ciudades con canales, y una confederación de reyes expansionistas. Todo eso tiene aspectos históricos reconocibles y se puede afirmar que efectivamente existía un relato real proveniente de la antigüedad. Pero, atención, digo que es verídica la existencia del relato y sus aportes y no de lo que dice el relato. Afirmo que existe un cuento de “Caperucita roja”, pero tengo claro que los lobos no se disfrazan, no hablan ni se comen a las niñas encima de una cama…

Y eso es todo. El escrito de Platón, a todas luces una fábula, ha sido mal reproducida por cientos, ha generado cuentos, libros, películas, pseudociencias, religiones, etc.

El problema es que si Platón supiera el efecto de su escrito haría que se riera a carcajadas. Imaginen que en dos mil años más alguien buscara la “tierra media” de El Señor de los Anillos o la «escuela Hogwart» de Harry Potter.

Pero volvamos al relato. Los historiadores sabemos que todos los relatos siempre tienen una base de verdad, aunque siempre demasiado distorsionado por las sucesivas veces que se cuenta y las exageraciones de los cuentistas. Realmente existió un reino que luchó contra los atenienses, aunque no en la fecha que exagera el relato (hace nueve mil años ni existían las ciudades, así que debe ser solo de unos siglos antes) y que “por castigo de los dioses ante su soberbia» desapareció tragado por el mar. La respuesta es cierta. Pero no es la historia de un pueblo sino de varios.

– Primero los cretenses o minoicos dominaron Atenas y terminaron totalmente destruidos por varias catástrofes. (Averiguar el mito de Teseo y el Minotauro).

– Los fenicios avanzaron por Libia y fundaron Gadir (actual Cádiz) mas allá de la de las columnas de Hércules (actual Gibraltar), se encontraron con una civilización, algo extraño para lugares tan bárbaros. Era el reino de los Tartessos, «Tarsis» según la biblia (actualemente Andalucía)

– Pero lo más interesante es la isla de Santorini (antiguamente Tera). En 1627 antes de Cristo, y mil años antes de Solón, esta isla explotó, causándole una crisis al imperio minoico de Creta y un impacto ecológico terrible en Egipto, hechos que serán recordados como las diez plagas de La Biblia (prometo seguir esta historia en otro artículo). Esta explosión fue un verdadero cataclismo ya que la isla actual es solo el borde del antiguo volcán donde todo el centro desapareció. El recuerdo de Tera quedó en relatos, tal como actualmente contamos cuentos que nos hablan del temor de las madres a los lobos medievales.

En conclusión… nada de lo que se ha escrito de la Atlántida tiene la más mínima evidencia arqueológica, geográfica, histórica o lógica. Es solo un lucrativo mito.