¿Qué clase de escéptico eres?

por | 29 julio, 2010

Hace pocos días Bayo envió un mail a algunos de los que estamos participando (o queriendo aportar) de este blog. El mismo incluía unos links que redirigían a un par de entradas a webs escépticas que trataban una discusión que creo trascendente para el movimiento escéptico.

La discusión trataba sobre un discurso que el astrónomo, y bloguero, Phil Plait pronunció en The Amazing Meeting 8, en cual se refirió al tono con el cual algunos escépticos tienden a hacerse escuchar o entender frente a personas que tienen pensamiento mágico. La crítica apunta hacia aquellos que usan vocabulario soez o tratan de ridiculizar a aquellos que piensan distinto. A las personas que adoptan esta posición se les denomina Dick, palabra que utilizan los estadounidenses para referirse a un idiota o a un agua fiesta.

El discurso de Phil Plait no pasó desapercibido en el medio escéptico y genero más de un debate y respuestas blogueras. Sin duda quien mas ruido hizo fue el biólogo, y bloguero, P.Z. Myers quien abrió una entrada en su blog sobre el tema titulándola The dick delusion, juego de palabras en clara alusión al título del libro The god delusion del científico Richard Dawkins.

En su artículo, Myers defiende la postura del dick escéptico pero dejando muy en claro que esa actitud no se refiere al personaje grosero al que hace alusión Plait, y afirma no conocer a ningún escéptico que actúe como el dick descrito por el astrónomo.

Para darse a entender, el biólogo plantea una situación muy común para aquellos que nacimos en una familia creyente: Imagina que estornudas en presencia de tu abuela, ella cariñosamente te dice “dios te bendiga”. Por ser escéptico no vas y le das un golpe, lo más simple sería decir “gracias abuela”. Ahora, si tu abuela te dice “arrodíllate y rézale a Jesús o te irás al infierno” no sólo se justifica ser un dick y plantear tu postura, es necesario hacerlo. Sobre esto la bloguera Rebeca Watson hace hincapié en que es necesario elegir nuestras batallas y no desgastarnos en pequeñeces. Podemos ver un claro ejemplo en el siguiente video. El video está en inglés y es obra de las blogueras Skepchick.

[youtube=http://www.youtube.com/watch?v=D2W8qo9oTQE]

Así, este debate se ha extendido por la blogosfera y se han sumado blogueros escépticos por doquier. No pocos afirman que algunos de los grandes divulgadores escépticos tienen características de dick, como por ejemplo, el asombroso James Randi. Sin duda uno de los individuos más carismáticos del medio. Sus esfuerzos por desenmascaras a charlatanes y educar a la gente lo han elevado al nivel de personaje de culto (así de friki). Sin embargo, en todos los videos que he podido ver de este gran hombre, jamás lo he visto insultar a alguien o denostarlo, pero si lo he visto elevando su voz para hablar de los fraudes de la pseudociencia, especialmente de la homeopatía. Pero ¿No se nos están quedando algunos mediáticos escépticos en el tintero? Eso me extrañó del artículo de Myers. Ok, hace alusión a James Randi, pero dejó de lado a dos habituales invitados del TAM, dos cara dura que han hecho de la porquería o BULLSHIT un entretenido programa, Penn y Teller. Estos ilusionistas (confesos admiradores de Randi) son todo sobre lo que Phil Plait hablaba, groseros, burlescos y gritones, bueno, Peen algo más que Teller. ¿Debemos despreciar el esfuerzo que hacen como divulgadores del escepticismo y el pensamiento crítico sólo por decir una que otra grosería? Y no nos olvidemos del humor, que desde los primeros juglares ha sido la vaselina para entablar debates profundos en la sociedad. Aquellos que somos fanáticos de Alberto Montt y sus “dosis diarias” podemos dar testimonio de lo buena herramienta que es el humor para introducirnos en asuntos complejos como son la fe irracional o las creencias mágicas. La burla es uno de los ingredientes más sabrosos con los que cuentan los humoristas ¿Te sentirías mal por burlarte de alguien que afirma tener poderes psíquicos?

Todos los casos que he nombrado son distintos caminos para llegar al mismo lugar, a una sociedad laica más libre y justa, capas de entender el mundo a través de los ojos de la razón, el escepticismo, el pensamiento crítico, científico y humanista. Reconozco que he usado más de uno de estos caminos para divulgar algo de pensamiento crítico, ciencia y escepticismo. He sido grosero y he sido pedagógico, pero siempre he intentado incentivar el pensamiento racional.

De todos modos, tomen el papel que quieran, el del dick, el del divulgador científico, el del humorista, es su decisión.

Por mi parte, nunca tendré la elocuencia, elegancia o conocimientos que tenia el gran Carl Sagan como divulgador y científico. Nunca tendré la mágica gracia de James Randi o la desfachatez de Penn y Teller. Es más, sigo buscando mi lugar en el movimiento escéptico. Lo único que tengo claro es que callado no me quiero quedar, porque el escepticismo, más que una causa justa, es una causa necesaria.