Azar y matemáticas

por | 20 febrero, 2013

Compartimos con uds. la versión íntegra de esta Carta al Director que enviamos a varios diarios el 14 de febrero de 2013, siendo publicada el lunes 18 del mismo por Las Últimas Noticias en la página 37, a propósito de la alta expectativa que hubo por la acumulación del pozo de cierto juego de azar y la dudosa conveniencia de apostar sistemáticamente en ellos.
Sr. Director:
La expectación existente durante estos días por el millonario pozo acumulado en cierto juego de azar, evidencia no sólo un afán colectivo por el dinero fácil, sino que las consecuencias a gran escala de nuestras carencias educacionales en matemáticas. Debería bastar con ver el suculento negocio que sistemáticamente significa para los organizadores, para entender quiénes son los que sistemáticamente pierden más de lo que ganan en el colectivo de apuestas. El impresionante pozo que se publicita no se compensa con la probabilidad astronómicamente baja de ganar. Por cada millonario ganador publicitado, hay muchísimos más millones de perdedores y sus pesos.
El costo de la afición a los juegos de azar es el impuesto que paga por su anumerismo quien ignora los rudimentos básicos de las probabilidades. Este costo afecta proporcionalmente más al bolsillo de los más pobres y peor educados. La única certeza razonable que entregan los juegos de azar es la de empobrecer aún más a quien lo juega.
Atte.
Luis León Cárdenas Graide
¿Qué opinas al respecto?


La versión finalmente publicada (una vez ya cobrado el premio), fue la siguiente:

Azar y matemáticas 

La expectación producida por el millonario pozo acumulado en un juego de azar evidencia no sólo un afán colectivo por el dinero fácil, sino las consecuencias a gran escala de nuestras carencias educacionales en matemáticas. El impresionante pozo que se publicita no se compensa con la probabilidad astronómicamente baja de ganar. Por cada millonario ganador publicitado, hay muchísimos más millones de perdedores y sus pesos. El costo de la afición a los juegos de azar es el impuesto que paga por su anumerismo quien ignora los rudimentos básicos de las probabilidades. Este costo afecta proporcionalmente más al bolsillo de los más pobres y peor educados. La única certeza razonable que entregan los juegos de azar es la de empobrecer aún más a quien lo juega.

Actualización

  • «Lottery Expenditures in Canada: RegionalAnalysis of Probability of Purchase,Amount of Purchase, and Incidence», U. Missouri:
    • Abstract: «This article has two purposes: First, to examine the effect of household characteristics on lotteryexpenditures in six regions of Canada using a double hurdle model to distinguish between thedecision to play and the decision of how much to spend. Second, to estimate the incidence of lottery expenditures. Using the 1996 Canadian Family Expenditure Survey, the results portray theprofile of households that have the probability of becoming participants in lottery play as well asthe profile of households that spend more on lottery purchases. Lottery expenditures are found tobe regressive in all regions»
    • Conclusión: «Provinces currently retain 80 to 85% of gambling revenue in Canada, whereas charities share 15 to 20% of this revenue (Canadian WestFoundation, 2000). Given the tremendous growth in the lottery system in Canada since its legalization in the early 1970s, the Canadianprovinces are relying more heavily on its generated funds. Results ofthis study indicate that the factors associated with the decision to participate in the lottery do not necessarily have the same influence onthe level of expenditure on lottery for those who choose to participate.Consequently, this study provides valuable information to lotteryadministrators in the different provinces of Canada for designing programs to either recruit new lottery players or to increase spending forthose who already participate in the purchasing of lottery tickets.

      Whereas some household characteristics (wealth and place of residence) do not affect the probability of a particular household to participate in lottery playing in every province, others vary in the extentto which they significantly affect such a probability. Similarly, the profile of those players who spend more on lottery playing can be drawnfrom the results. In general, lottery expenditures increase as household after-tax incomes increase, and lottery expenditures decline asthe education level of the reference person increases. Other household characteristics affect the level of spending on the lottery variablyamong the provinces. For those variables exhibiting regional variations, their effect should be considered before designing regionalplans.

      The results also indicate that the percentage of after-tax incomespent on lottery declines as income increases in every region. Therefore, from the standpoint of public policy makers, we conclude thatthe lottery tax in Canada is regressive.»