En busca de la imaginaria Isla Friendship

por | 14 febrero, 2012
¿Isla «Friendship»?

Nuevamente, el circo televisivo de mistericosas ha tenido un aumento exponencial con la serie En la ruta del 2012 de Mega que comenzó a emitirse a fines de enero. No conformes con asustar a nuestros hijos y preocupar a los adultos en su primer episodio con profecías apocalípticas que anunciaban diversas catástrofes y el inminente fin del mundo tan de moda este año; se dieron a la tarea de agregar más condimentos a este cóctel de supercherías: los famosos extraterrestres que viven en el sur de Chile en una isla misteriosa denominada Friendship.

Habiendo aparecido los esquivos científicos durante el segundo capítulo con mucho más tiempo al aire que en otras ocasiones, el poco aire de seriedad duró hasta la emisión de su tercer episodio, al cual me voy a referir, y cuyo título fue “Conoce la mítica Isla Friendship”.

Que la televisión sea libre de mostrar lo se les plazca es su derecho, tal como es mi derecho defender y exigir una programación de calidad, libre de supercherías y sensacionalismo que solo buscan generar dividendos a los auspiciadores, que son quienes se benefician de la credulidad o ingenuidad de los televidentes al convertirlos en fáciles consumidores de pulseras milagrosas, medicina alternativa, profecías mayas o fines de mundo, que desde siempre han preocupado a la mayoría de las sociedades civilizadas, demostrando que el miedo es un estímulo transversal a la cultura.

La formula más exitosa que han encontrado estos mercaderes de la voluntad, es irrumpir en su casa a través de la exposición sistemática de paparruchas tales como la astrología, la numerología, la ufología o el tarot, que tienen un espacio en todos los matinales y estelares de la televisión chilena, junto a sus cultores, que son toda una institución con años en el negocio de la supersticiones. Esta modalidad explica el porqué de la irracionalidad e ignorancia que impregna los medios televisivos y por qué esta nueva apuesta de Mega se inclina por el sensacionalismo y la venta de misterios junto a personajes de dudosa credibilidad. ¡Porque el misterio vende y usted se lo cree!

“Creer es más fácil que pensar. He ahí la razón de que hayan más creyentes”, Albert Einstein.

Puedo entender las motivaciones de los canales, que buscan un mayor rating a costa de lo que sea (no olvide que le televisión es un negocio), pero lo que se emitió el domingo 5 de febrero evidenció algo que es digno de preocupación nacional. Si no lo vio, se lo cuento: una patrulla de la Armada de Chile acompañó a este programa en la búsqueda de la imaginaria Isla Friendship (mítica isla del sur de Chile que, según los testimonios, estaría habitada por extraterrestres o ángeles del Señor, según sean las creencias de quienes se comunicarían radialmente con ellos).

El programa la En la Ruta del 2012, volvió este domingo al viejo hábito de enunciar medias verdades mezcladas con esoterismo y tintes new age que le dieron al capítulo un aire místico trascendente que absorbió por completo el guión de esa semana, dejando nuevamente en segundo plano las opiniones de los organismo serios, tales como el CEFAA (Comité de Estudios de Fenómenos Aéreos Anómalos de Chile) y SETI (Search for ExtraTerrestrial Intelligence).

Para muestra, un botón: cuando los científicos del SETI, Seth Shortak y John Richards, desmitifican las creencias en los ovnis (breves segundos), son inmediatamente refutados por Jaime Maussan (reconocido charlatán internacional de ovnilandia), el que salió más de una vez en el programa.

Es decir, dos de los más selectos investigadores de SETI, que es un programa pionero en la búsqueda científica de inteligencia extraterrestre, auspiciado en un principio por NASA y que cuenta entre sus fundadores con Carl Sagan y Frank Drake, dos mentes brillantes, son cuestionados a la ligera en sus afirmaciones por Jaime Maussan, periodista mexicano que es reconocido en el mundo escéptico por la enorme cantidad de farsas que promueve para vender sus cuentos en la televisión.

Le doy algunos ejemplos (el resto, revíselos usted mismo):

  1. En la década de noventa y siguiendo las delirantes idead de Marshall Applewhite, líder de la secta Puerta del Cielo (1931-1997), afirmó que una nave extraterrestre acompañaba al cometa Hale Bopp.
  2. Certificó en su programa de televisión la veracidad del caso Ovni de las Torres Gemelas de New York el año 2000. Posteriormente se comprobó que todo esto no era más que una campaña viral de publicidad del canal Sci-Fi.
  3. Anunció el colapso cibernético para el año 2000, situación que jamás se presentó.

Pero el problema realmente alarmante es que la Armada de Chile se haya prestando para ir en busca de esta isla imaginaria que es a todas luces un delirio compartido por ufólatras, radioaficionados, místicos y creyentes.

Nuestra Armada posee un glorioso pasado y está compuesta por hombres y mujeres notables, por eso me extraña de sobremanera que una patrulla de la Armada participara escoltando a un equipo del Mega por los canales del sur de nuestro país en busca de extraterrestres.

El tema que surge entonces es: ¿Por qué la Armada de Chile destina recursos y personal para estos viajes? ¿La Armada cree realmente en la existencia de la Isla Friendship? ¿Con qué fondos se paga estos paseos mistéricos? ¿Qué beneficios obtiene la Armada y el resto del país con esto? ¿Son conscientes del desprestigio institucional que estas acciones involucran? ¿Se dan cuenta de que avalar este tipo de acciones como institución legitima a los suscitadores de la irracionalidad?

Si fuese que la Armada creyese esta historia de la Isla Friendship, en nada sería distinto de ir a buscar sirenas o tritones al templo perdido de Poseidón.

Esperando sinceramente que esto no sea así y, confiando en la racionalidad de las instituciones de nuestro país, para aclarar todas estas dudas redacté una carta a la Armada de Chile amparado en la Ley de Trasparencia, la que espero que respondan a la brevedad, para compartir posteriormente la respuesta con todos ustedes.