Videntes: Para que nunca más en Chile (o «de los videntes a lo evidente»)

por | 19 septiembre, 2011

Si usted es de esa gente a la cual no le importa la evidencia, entonces esta columna le va a aportar poco o nada. Si a usted le da lo mismo la evidencia, entonces su jefe puede bajarle el sueldo porque usted trabaja mal; el colegio de su hijo puede subirle la matrícula porque en cada recreo los niños pasean en helicóptero; y los cuarteles de bomberos pueden disolverse porque los incendios se apagan solos. De nada de eso hay evidencia, pero si a usted eso no le importa para creer que algo es cierto, entonces seguramente tampoco le importará que cuestionemos a los videntes. Si su casa se está incendiando, buena suerte. 

¿Echémosle una mirada a los hechos?

  • 2 de septiembre: Ocurre el accidente de un avión C-212 de la Fuerza Aérea de Chile en la Isla Juan Fernández. Se desconoce si hay sobrevivientes. Entre los pasajeros se encuentran nombres conocidos en Chile, como el del animador Felipe Camiroaga.
  • 3 de septiembre: Una vidente venezolana (que entre una videncia y otra publicita sus servicios fotográficos…) enciende las redes sociales afirmando que "Felipe está vivo, mal herido, sobre un banco de arena". Otro vidente asegura estar viendo "lo que ve Felipe". Éste describe la presencia de cuatro cuerpos en la arena junto con el suyo. Dos de ellos están vivos porque "la energía llega doble". Una vidente argentina plantea algo similar. Las versiones de los videntes comienzan de a poco a converger, dándose indicaciones precisas sobre la ubicación del avión, de algunos cuerpos, del lamentable estado de los sobrevivientes. En las redes sociales se repite con insistencia que "todos los videntes dicen lo mismo" y "cómo van a estar todos los videntes equivocados" así que miles de usuarios claman por la búsqueda en cuevas específicas y en lugares con coordenadas exactas. En Twitter la difusión de las afirmaciones hechas por videntes se masifica, alcanzando categoría de trending internacional.

  • 4 de septiembre en la noche: En Radio Bío Bío se entrevista brevemente a Carmen Díaz, vidente que está llegando a la isla bajo los auspicios del Gobierno de Chile. Ella declara que siente a varios cuerpos en el fuselaje del avión y que estima que en dos días los cuerpos debieran estar fuera del agua. No obstante, el mismo día Allamand afirma que la evidencia los lleva a pensar que el avión se desintegró. De acuerdo a la evaluación técnica y científica de los restos encontrados, no habría un fuselaje bien conservado en que pudieran estar los cuerpos que la vidente afirma percibir.
  • 6 de septiembre:  Una vez que la evidencia aplastantemente indica que no hay sobrevivientes, aparece en los medios Isabel Cristina, la psíquica de Chimbarongo, afirmando que siempre supo que no había sobrevivientes. Carmen Díaz corrige su primera versión (ya pasaron los dos días) y afirma que hay sólo tres cuerpos "amarrados en el avión". También se revela este día que las búsquedas en tierra y cuevas no han dado resultados positivos. 
  • 9 de septiembre: Una rescatista explica que ya se recorrieron todos los sitios indicados por los videntes, yendo a alrededor de 30 cavernas de la isla, y que no hay resultados positivos. Se anuncia este día también la identificación de los restos de Felipe Camiroaga, lo cual termina de dar por tierra con las aseveraciones de la vidente venezolana y sus colegas de otros países. Sigue un gran silencio en las redes sociales, continuado por algunas muestras de irritación contra la vidente. ¿Hubo una disculpa? No. Sólo la amenaza de que a quien la insultara lo bloquearía.
  • Días siguientes: Los restos encontrados tienen un estado de fragmentación cada vez mayor, y aunque ocasionalmente se encuentra algún trozo mayor del avión, el estado en que se encuentra permite concluir que la visión del fuselaje con los "cuerpos amarrados" en su interior parece ser otro desacierto de Carmen Díaz. Los restos encontrados a lo largo de dos semanas fueron localizados en base a búsquedas bien fundamentadas, usando la experiencia de los pescadores que conocen el lugar, y luego apelando a tecnología de primer nivel, con robots y submarinos capaces de explorar el fondo marino.

Haciendo el balance. ¿Ve usted que los videntes hayan sido de alguna ayuda en todo esto? ¿O sólo sirvieron para tener inquietas a las familias con angustiantes imágenes de sus familiares agonizando en la arena siendo que, con todo lo lamentable que ello era, ya no estaban sufriendo? Y esto no es exclusivo del accidente en Juan Fernández. Como le conté en un artículo anterior, y también a través de un video, si uno se da el trabajo de hacer seguimiento a los casos en que los videntes han intervenido, no se encuentra con ningún acierto. Y aunque hubiera un acierto, no significaría gran cosa, pues cualquiera puede tener un golpe de suerte. Tendría que haber muchos aciertos. 

Si llegó hasta acá en la lectura pienso que, contra lo que le decía al comienzo, usted sí valora la evidencia. Si le suben la cuenta del teléfono por una serie de llamadas al extranjero que usted no recuerda haber hecho, ¿no se dedica usted a investigar de dónde salieron esas llamadas y si, finalmente no hay una explicación clara por el lado de su casa, entonces termina desconfiando de la empresa telefónica y, para ahorrarse dolores de cabeza, a lo mejor decide bloquear todo ese tipo de llamadas? ¿O me va a decir que usted paga no más? No creo que piense que quizás estaba durmiendo cuando llamó diez veces a Tailandia y entonces agache la cabeza y pague la cuenta. 

Igual que en el ejemplo anterior, en todas las cuestiones materiales la evidencia es nuestra aliada contra el abuso y la injusticia porque nos permite juzgar si algo es cierto. El problema con esto es que evaluar la evidencia disponible sobre un tema puede ser una tarea muy complicada. A veces los datos pueden ser difíciles de entender, de modo que necesitamos profesionales que nos ayuden. Otras veces puede que no sepamos distinguir si una fuente es confiable o no (ya deberíamos saber que hasta la cosa más absurda puede estar disponible por vía impresa o en Internet, así que eso no es garantía de nada). En otros casos la información puede estar sesgada hacia un cierto punto de vista, como por ejemplo ocurre cuando los periodistas reportan el acierto de un adivino pero no su millón de fallos. Y por último, en tanto somos seres humanos, estamos sujetos a una serie de ilusiones psicológicas y sociológicas de las cuales nos cuesta mucho escapar. ¿Le nombro una? El "refuerzo comunitario". Por ponerlo en términos simples, esto es todo lo que una comunidad cree como cierto simplemente porque sus miembros repiten hasta el cansancio que es cierto. Se viene a la cabeza el chiste "un millón de moscas no pueden estar equivocadas, así que ya sabe qué comer". Como en ese chiste, hay muchos "hechos" que la comunidad toma como verdades incuestionables porque "se sabe" que son ciertos. En esas condiciones sus miembros consideran un desperdicio de tiempo acudir a las fuentes y confirmarlo. Como lo planteó nuestro Ministro de Defensa con ocasión del reciente accidente en Juan Fernández:

no puedo sino reconocer que hay aptitudes y capacidades  ampliamente reconocidas por mucha gente en videntes y espiritistas. Y  como mi labor es agotar todas las posibilidades, lo que he hecho es  reunir todas las pistas y tratar de seguirlas"

En esta frase Allamand no dice que los videntes funcionen, sino que se inclina bajo el peso de que mucha gente cree que funcionan. No obstante, con esta decisión Allamand consiguió darle una tremenda validación a estas personas. ¿Quién no soñaría con una portada como ésta en un diario de circulación nacional?

 

¿Sabe cuál es el problema que hay con este planteamiento de Allamand? Que crea confusión sobre lo que es válido considerar una "posibilidad" a agotar. Imagine a un DT armando la selección de fútbol de Chile con diez excelentes jugadores pero poniendo de delantero a un undécimo que lo más cerca que ha estado de jugar fútbol ha sido jugando juegos de computador. ¿Le parecería que es un buen DT? Sin embargo él podría defender su decisión afirmando que está tratando de armar la mejor selección posible por la vía de agotar "todas las posibilidades". Quién sabe, quizás esa persona con cero historial resulta ser alguien que nació sabiendo fútbol y, llegado el partido contra Brasil, nos llevaremos una tremenda sorpresa. Es una posibilidad ¿no? Así que, si estamos agotando "todas las posibilidades", obviamente habría que intentar esto. No obstante ¿cree usted que además de ser posible, lo que dice este DT es probable? Enfrentado a disponer de recursos amplios pero claramente no infinitos, ¿piensa usted que este DT estaría tomando buenas decisiones? Si agotar "todas las posibilidades" es una estrategia válida, entonces cualquiera, usted, yo, mi tía, cualquiera podría ser DT porque tarde o temprano le vamos a achuntar a la posibilidad que tenía más chances de éxito.

Lo que está mal en la caricatura anterior es que de un DT esperamos que tome decisiones basadas en evidencia. Un jugador llega a la selección porque ha demostrado jugar bien antes. Aunque es posible que un perfecto desconocido nos sorprenda, es poco probable, así que un buen DT administra los recursos que se ponen a su disposición tratando de tomar las mejores decisiones en base a la evidencia disponible. ¿Por qué, en algo de mucha mayor importancia que el fútbol, el ministro no ocupó el mismo criterio? Una persona me dijo ante esta pregunta que esto es distinto porque "se trata de una cosa de religión, del espíritu". ¿En serio? ¿No se admite dentro de la misma lógica de las religiones que hay "falsos profetas"? ¿Y no se distingue a estos "falsos profetas" porque sus palabras finalmente resultan ser falsas? La cuestión entonces es cómo saber si algo es falso. Cuando los profetas aluden a cuestiones que ocurren estrictamente en un mundo inmaterial, decidir aquello es casi imposible. Afortunadamente, los videntes hacen predicciones sobre cuestiones del mundo material, lo que nos permite hacer un análisis crítico de la evidencia disponible y juzgar si el vidente dijo la verdad. 

Si usted cree en algo y no necesita pruebas (por ejemplo en un dios) eso no implica que entonces usted debe creer en cualquier cosa sin pedir pruebas. La ciencia no es enemiga de sus creencias; por el contrario, le permite hacerlas más sólidas en la medida en que logra identificar a personas (a veces ilusas, a veces con segundas intenciones) que no tienen las habilidades que dicen tener. Si usted cree en ellas simplemente porque todo el mundo cree en ellas, muchas veces estará arriesgando la calidad de vida de usted y de los que usted quiere. Cómprese un extintor.